9 dic 2013

Pernocta en el banco

Solo a mí se me ocurre hacer una diligencia inútil de tarjeta de crédito, que perfectamente puede esperar, justo cuando estamos en pleno SICAD. Como no tengo pensado viajar este año (y mejor que ni lo piense porque no hay pasajes de aquí a que tenga nietos) de verdad poco es el interés que le he prestado a este cuento nuevo de las subastas. Tengo la manía de ser cliente de los bancos (unos dirían más prestigiosos, yo digo más sobrepoblados e innecesariamente abarrotados) del país. Por supuesto está abierta una sola oficina de atención al cliente y una cola interminable de sujetos y carpetas manila. Espero tranquila leyendo el libro nuevo de Toto Aguerrevere (recomendado), y le suena el teléfono a la señora de al lado. - Aló, mamá mira no puedo hablar estoy en el banco. - Que estoy en el banco! - En el banco, b a n c o! ¿qué pasó? Rápido que estoy en el banco - Ajá ok, pero ¿y como está todo? ¿que tal se siente? - Ahhnn pero ¿todo bien? cuéntame que tal. - Bueno pero cuéntame! Qué te dijo? Le gustó el regalo? (Sra de la oficina de atención al cliente grita: "Señora no puede hablar") -"Ves mamá te vengo diciendo que no puedo hablar chao chao"
Vuelvo a mi libro intentando comprender a la humanidad. Cuando finalmente llego a que me atiendan, el señor no tiene la más remota idea de lo que es una fianza y tras un discurso sin mucho sentido donde no falta varias veces la palabra "aperturar"conjugada en todos los tiempos verables sonríe y se despide creyendo genuinamente que me solucionó el problema. El tema en Venezuela no solo es la cola, es hacer cola rodeada de gente loca, y luego de pasarse la vida esperando, ser patéticamente atendidos por personal no capacitado cuyo único interés es que esa cola baje a como de lugar para poder irse a sus casas.

El humor en la debacle.

Según investigaciones derivadas de la Psicología Positiva (existente desde 1999), la hilaridad espontánea producida por el humor genera bienestar a corto plazo y es una de las formas más sencillas de generar lo que se conoce como emociones positivas. Está comprobado que el humor reduce la ira, fortalece habilidades para iniciar relaciones y potencia la efectividad en la comunicación. Todo eso suena muy bonito pero, ¿qué tipo de humor tenemos los venezolanos? ¿Se nos va la mano haciendo uso de él?
Laureano Márquez sostiene que el humor es una forma que tienen los débiles de decirle al poderoso que se está equivocando; es por tanto, una crítica inteligente. En una entrevista que sostuvo en Colombia, insistió en la importancia de diferenciar el humor a la burla. “La burla es descalificadora, el humor es comprensivo. La burla es agresiva, el humor es tolerante. La burla ataca los defectos físicos, que no se pueden cambiar. El humor ataca los defectos morales, los que se pueden cambiar. El humor tiene que ver con la disposición del alma..." Revisando las teorías del humor vistas en un diplomado en Psicología Positiva que estoy cursando (y el cual recomiendo), creo que Laureano al referirse a "burla" se refiere a la "Teoría de la Superioridad (del desprecio o menosprecio)", la cual es el humor entendido como el resultado de la sensación de superioridad, derivada del desprecio hacia otras personas o algún aspecto negativo de nuestro pasado (Camacho 2009).
El verdadero humor, ese que describe Laureano, es aquel que ha servido como válvula de escape de todos los malestares sociales, a los cuales hay que permitirles algún tipo de salida o desahogo, según se señala en la obra "El humor en la política del venezolano." Es éste el tipo de humor que siempre debemos defender, el que no se gasta ni se mal utiliza, por el cual debemos abogar y del cual no debemos avergonzarnos pues nos permite drenar y agarrar fuerzas para seguir lidiando con nuestros problemas. El humor político no nació con Chávez y este desastre, más bien ha sido característico del venezolano mucho antes de esta época de gran polarización. El programa "Radio Rochela" fue sin lugar a dudas, el referente de humor político de la televisión venezolana. Son muchos los caricaturistas políticos que sentaron precedente para los grandes "Weil" y "Rayma" que hoy conocemos.
Sin embargo, en la obra que les comento se indica que el humor político venezolano actualmente tiende más a la sátira que al humor mismo (lo que Laureano califica como "burla"). Por lo tanto, a la hora de analizar el humor político en Venezuela, debemos tener muy presente esta diferenciación conceptual. No siempre es meramente humor a lo que nos referimos, y por tanto no siempre es defendible ni mucho menos encuadra dentro de los beneficios positivos que el humor esencial sí es capaz de brindar. Para saber cuándo es humor, recordemos las palabras de Aquiles Nazoa: “El humor es una forma de hacer pensar, sin que el que piense se de cuenta que está pensando” Problemas sobran en Venezuela, así que humor queda para rato.

16 jul 2013

Comienza

Extraño mis clases de escritura creativa que no pude terminar. Ese sentarse un sábado en la mañana, a intentar comprender las ruinas circulares de Borges y la selección del día Cortázar como el mejor comienzo de un fin de semana de descanso. Extraño las épocas de pupitre, de a veces dudar con irreverencia de las palabras de un profesor que sabe cómo es la vida mientras uno aún sigue en la burbuja. El olor a té en la noche de viento que tumba las guías de la mesa antes de entrar a un examen. El aire acondicionado de la sala de Juicios, la frustración de no leer la lámina porque dejé los lentes otra vez mientras trato de entender qué demonios es una excención fiscal. Estar ahora "detrás del telón" en el mundo universitario se siente como una especie de retorno. Un ambiente de trabajo de carteleras y aire libre y no de carnets en el cuello, pines y torniquetes en la entrada. Un lugar donde la tempratura de la oficina no es sinónimo de estatus y donde el teléfono, a Dios gracias, no suena cada cinco minutos. Ahora no toca sentarse en el pupitre, toca estar de pie frente a él y poner a prueba sin miedo todo lo aprendido. Comienza la aventura.

12 mar 2013

Tiempo

El tiempo deambula con lentitud y desorientación en la espera, se detiene en la renuncia, se le conoce personalmente en los minutos previos y se le olvida caprichosamente en la rutina. A tu lado el tiempo se convierte en todo y a la vez deja de importar para siempre.

¿Dónde quedó el conservadurismo en América Latina? (Publicado en Guayoyo en Letras)

Latinoamérica se ha caracterizado, por supuesto con sus notables excepciones, por ser un continente conservador en sus creencias y, en términos generales, defensor del catolicismo en sus políticas. Es en nuestro continente donde residen actualmente aproximadamente la mitad de los 1.071 millones de católicos existentes en el mundo, según comenta el autor mexicano Diego Cevallos. En comparación con otros continentes, Latinoamerica ha tendido al conservadurismo y a la preservación de ciertos cánones y tradiciones. No hemos sido precisamente los cosmopolitas del mundo, y eso ha sido nuestro sello distintivo. Temas como la despenalización del aborto y la legalización de ciertas drogas, parecían no atreverse a tocar las puertas en América Latina, cuando en el resto del mundo se discutían ampliamente. Todo indicaba que no eramos el continente idóneo para estas reformas, y muchos tomabamos orgullo en ello. Sin embargo, esos días parecen estar llegando a su fin. Sucede que estos temas sí tocaron nuestra puerta. Sucede que en el Sur, Uruguay aprobó la despenalización del aborto sin mayores complicaciones. Por si fuera poco, José Mujica se propuso la cruzada de defender el proyecto de legalización del cannabis como medida para combatir el crecimiento del narcotráfico. Señala que uno de tres presos en el país lo está por delitos relacionados con drogas. No olvidó agregar que el incremento del narcotráfico se dio a partir de la crisis económica ocurrida en el 2002, por lo cual aprovechó la oportunidad no solo de complacer a unos tantos con la medida sino de hacer una sutil propaganda política de izquierda. La derecha es aparentemente la culpable del narcotráfico, la izquierda lo soluciona permitiendo el consumo de la droga. Por su parte en México, un país conocido por su sociedad tradicional, conservadora y sumamente religiosa, el aborto es legal desde hace varios años. Del mismo modo sucede con Cuba, Puerto Rico y recientemente Argentina. La noticia más reciente respecto a lo que llaman la liberalización en América Latina, la tiene Colombia, país en el cual se abre un nuevo debate frente a la legalización de drogas sintéticas, permitiendo el porte de sustancias como el éxtasis. Hace más de un año, Juan Manuel Santos había generado polémica internacional al solicitar a los gobiernos del mundo que se sentaran a discutir la legalización de algunas drogas, entre ellas la cocaína. El tema fue traido a colación recientemente en la última cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). A las puertas de Venezuela no solo se discute la legalización de drogas menores, Colombia parece querer ir aún mas lejos que sus antecesores. Vemos entonces como tenemos hoy a una Latinoamérica ya no tan conservadora, a pesar de la presencia que sigue teniendo la Iglesia frente a su sociedad. Si bien es cierto que estas reformas legales han generado polémica y una oposición que se ha manifestado, ésta no ha tenido la fuerza para articular sus intereses y a los efectos prácticos, su peso deja de ser tan relevante como un día lo fue. "Los países tienen que buscar nuevas rutas para combatir el narcotráfico de una forma más eficiente y reducir el impacto de violencia que provocan las organizaciones criminales" Son muchos los autores de renombre e inteligencia quienes defienden estas políticas y las consideran la solución tanto a los problemas de violencia a causa del narcotráfico como a los problemas de salud derivados de mala praxis abortivas clandestinas. Debe ser entonces que unos tantos nos hemos quedado en dogmas ortodoxos sin sentido, que no creemos que se trate excluisavamente de la “eficiencia” de la solución sino el análisis de la solución en sí misma. Aquellos pocos que no estamos dispuestos a montarnos en el tren de la apertura ni jamás seremos considerados cosmopolitas. Poco importa sin embargo lo que unos pocos pensemos pues nuestros gobiernos, incluso el venezolano , estan “abriendo los ojos al mundo”. Es solo cuestión de tiempo. Artículo Guayoyo en Letras: http://www.guayoyoenletras.net/index.php/2012-08-06-05-07-46/en-lo-global/477-donde-quedo-el-conservadurismo-en-america-latina

El silencio de Latinoamérica frente a una Venezuela sin presidente (Publicado en Guayoyo en Letras)

El silencio ante la decisión del Tribunal Supremo de Justicia en Venezuela sobre la continuidad administrativa de Chávez se hizo sentir, contrario a lo que todo demócrata hubiese esperado, en toda la región. Una sentencia de la máxima instancia jurídica del país, en la que rechaza admitir ausencia alguna del Presidente y respalda una postergación indefinida para su juramentación no pareció ser un evento lo suficientemente crítico a los ojos de los demás gobernantes. El incidente ocurrido en la OEA con el embajador de Panamá ante dicho organismo fue bastante ilustrativo, tratándose incluso de un país que nunca ha manifestado alianza política alguna con el chavismo. Guillermo Cochez, embajador de Panamá ante la OEA condenó que ésta guardara silencio frente a lo que denominó como una posible violación de la Constitución en Venezuela. Asimismo criticó al secretario general, José Miguel Insulza, por haber avalado la decisión del Tribunal Supremo de posponer la investidura del Presidente electo, lo a que su juicio fue catalogado como una convalidación de una serie de eventos sin ningún fundamento legal o ético. Indicó que esto reflejaba que la OEA se convirtiera en “cómplice involuntaria” de lo ocurrido. Tras estas declaraciones, el canciller de Panamá, Rómulo Roux indicó que éstas no fueron autorizadas y la cancillería emitió un comunicado en el que rechazó la posición de su embajador, indicando que la misma “dista mucho de ser la posición del gobierno nacional.” ¿Cuál es entonces la posición de Panamá? La del “respeto a los procesos políticos internos”, concretamente refiriéndose a Venezuela, hacen “votos por el pronto restablecimiento de la salud del Presidente Hugo Chávez.” Una respuesta diplomática por excelencia, elegante y en la que no se responde absolutamente nada. Este silencio, esta posición de neutralidad y si se quiere de aparente desinterés por parte de la comunidad latinoamericana quien parece atreverse a condenar los hechos es lo que la oposición venezolana pretende combatir. Sin mencionar por supuesto la denuncia en sí misma a la Organización de Estados Americanos por fallar en hacer cumplir su propia Carta Democrática. La MUD, a través de una carta enviada a Insulza solicitó dar a conocer a los Estados Miembros del organismo y la situación institucional del país a través de un derecho de palabra. El problema no pareciera ser el desconocimiento de la misma. ¿A qué atribuimos esta respuesta Región? Tal y como señala Fraysinett (2012) en “América Latina frente a la incógnita venezolana” (artículo que recomiendo ampliamente leer) “mucha agua ha pasado bajo los puentes de América Latina, con la instauración de gobiernos izquierdistas o centroizquierdistas y el surgimiento de caminos de integración sin Estados Unidos”. El “kichnerismo” en Argentina, el “lulismo” en Brasil, Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua y José Mujica en Uruguay son evidentes ejemplos de que la tendencia política de izquierda, con sus diversos matices, se ha esparcido alegremente por Latinoamérica. No puede negarse que Chávez ha sido, y sigue siendo aún desde una camilla, un líder regional. En términos más prácticos, el compromiso de Venezuela en su entrada al MERCOSUR resultó fundamental para ayudar a las economías de nuestros nuevos aliados comerciales. La “asistencia económica” que brindamos a países amigos como Nicaragua, Cuba y Uruguay, quienes parecen alimentarse de nosotros bajo el pretexto de la “solidaridad revolucionaria entre los pueblos” o más elegantemente la “complementariedad económica”. El dinero que entra a Venezuela, sale por la misma puerta y dólar por dólar, barril por barril, parece que hemos ido comprando el apoyo incondicional a Chávez por parte de unos, y el silencio de otros menos arriesgados, incluso en momentos de atentados flagrantes a la democracia y el Estado de Derecho. La cautela parece ser pues, la estrategia conveniente de una Latinoamérica pragmática frente a una crisis institucional en Venezuela. La OEA, por su parte, falla estrepitosamente en cumplir su cometido y hacer valer su razón de existencia. Es de suponer entonces que ya no nos quedarán argumentos para aquellos “escépticos” que nos digan que eso de las Organizaciones Internacionales que velan por el cumplimiento de Derechos Humanos no es más que burocracia y cocteles. El mono parece bailar, en efecto, por la plata. Artículo Guayoyo en Letras: http://www.guayoyoenletras.net/index.php/2012-08-06-05-07-46/en-lo-global/462-el-silencio-de-latinoamerica-frente-a-una-venezuela-sin-presidente

Mercosur ¿buena idea? (Publicado en Guayoyo en Letras)

El Mercado Común del Sur (Mercosur) ha recibido un nuevo integrante, nosotros. Venezuela dio un paso adelante en dirección a la integración, la cual no podemos negar que constituye el presente y futuro político del Estado Nacional. Si nos quedamos en este análisis, podríamos concluir apresuradamente que nuestra decisión fue la correcta, la vanguardista, la estratégicamente correcta; si integración es progreso pues debemos estar en el camino adecuado. Ojalá fuera así de sencilla la relación entre premisa y conclusión. La realidad del caso es que tenemos que evaluar el contexto así como la relación costo-beneficio que supondría para Venezuela una integración con Argentina, Brasil y Uruguay en función a nuestra realidad política y económica. Antes de entrar en este análisis, existen ciertas premisas que debemos conocer acerca de Mercosur, de manera de entender a qué tipo de compromiso estaríamos asumiendo. Lo primero que debemos tener claro es que, a diferencia de otros acuerdos de integración, como la Comunidad Andina de Naciones (CAN), de las cual decidimos salirnos, el de Mercosur es estrictamente comercial y no supone la creación y aplicación de un derecho común en la región, por lo cual el principio de soberanía de cada país se impone. Se trata entonces de un acuerdo que propone en términos generales la libre circulación de bienes entre los países miembros excepto en azúcar y en materia automotriz. En este caso estos se manejan a través de acuerdos bilaterales. Con más de 20 años de existencia, Mercosur ha pasado por distintas etapas, desde sus años dorados hasta los más fuertes estancamientos y situaciones que han desencadenado que algunos países hayan perdido su competitividad frente a otros: como es de esperar, los pequeños frente a los grandes. Es un hecho cierto que después de estos altibajos, existe hoy en día una pérdida relativa en términos económicos en Mercosur por muchos factores, entre ellos por el surgimiento de otros acuerdos que han dado una mayor importancia de comercio extra-zona para sus miembros. Tenemos un Mercosur cuya situación hoy en día no es la ideal, que se caracteriza por incumplimiento de acuerdos, persistencia de asimetría entre sus miembros, déficit institucional, desacuerdos políticos, baja concreción de agenda exterior y debate sobre su futuro, todo ello en medio de una resistencia a la crisis económica global. Esto lo señalan abogados y expertos en el tema como el Dr. Julio César Pineda, Dr. Keneth Ramírez y Dr. Eduardo Porcarelli en la Conferencia Internacional Venezuela hacia el Mercosur. ¿Es este entonces el momento propicio para nuestro ingreso? Por otra parte, ¿Cómo era la situación de Venezuela previa a la entrada al Mercosur? En el año 2011 importamos de los países miembros la totalidad en cifras de lo que exportamos a todo el mundo. Vemos un claro déficit, una dependencia importante a las importaciones, una realidad en la que tenemos poco para ofrecer y exportar. ¿Y ojo, a quiénes exportamos? Principalmente a China, Colombia, Estados Unidos y Brasil. Tenemos que tomar en cuenta cómo afectaría esta integración en nuestras relaciones con Colombia, nuestro principal comprador de la región. Hablando de aliados, recordemos la pertenencia de Venezuela al ALBA. ¿Cómo podríamos compaginar nuestra participación en dos marcos de integración cuyos sustentos políticos se oponen casi diametralmente? Por último, y no menos importante, cabe analizar también el posicionamiento que tiene Venezuela en distintos estudios de organismos internacionales que se dedican a evaluar y clasificar a los países que presentan los mejores y peores climas para hacer negocios en base a la existencia de seguridad jurídica y libertad económica. En diversos estudios Venezuela ocupa los últimos lugares, convirtiéndonos así en uno de los peores países en el mundo para hacer negocios, así de simple. Tomando en cuenta estos elementos, e intentando dar respuesta a estas preguntas al aire tenemos necesariamente que preguntarnos como venezolanos si realmente tomamos la decisión adecuada con un ingreso controversial a un Mercosur decadente, en el marco de un déficit comercial y con tan poco que exportar. En todo caso, el ingreso parece ser un hecho consumado y ya el país se encuentra en los trámites pertinentes para el cambio, los cuales sin duda serán costosos. Todo dependerá de cómo aproveche Venezuela este ingreso, así como de los cambios en su política doméstica y situación económica. No queremos una entrada meramente simbólica, queremos una entrada que responda a nuestros intereses nacionales y los potencie. Los años nos dirán si realmente esta fue una buena idea. Artículo Guayoyo en Letras: http://www.guayoyoenletras.net/index.php/2012-08-06-05-07-46/en-lo-global/436-mercosur-buena-idea

Yo freelanceo (Publicado en revista Climax)

Levantarse a las 5:30 de la mañana y hacer 4 horas de cola diarias por menos de 300 dólares mensuales, es el primer incentivo de todo venezolano para querer renunciar. Tener una profesión en otro país implica como mínimo poder pagarse una renta, hacer mercado, disfrutar de un buen fin de semana y ahorrar en el banco. Un profesional es tratado como tal, con respeto y apreciación por el valor agregado que puede aportar. Aquí no nos alcanza ni para comprar una puerta. No pensamos en ahorrar para el apartamento a futuro, sino para poder comprar el cupón del mes que nos gustó. Compramos un cuadro o una nevera para nuestro cuarto en casa de nuestros padres, pues de ahí no nos vemos yéndonos en un buen tiempo. Tener un trabajo de 8 horas diarias en Venezuela implica cumplir horario, tener jefe, entregar a tiempo lo que se nos asigna, reunirnos, quedarnos hasta tarde cuando hace falta, madrugar aún más temprano en días especiales, ir bien vestidos, aguantar las temperaturas polares de aire acondicionado y llevarnos el almuerzo en la lonchera si queremos que la quincena no se nos vaya en comida. Sin duda tenemos acceso a beneficios adicionales, unos mejores que otros, pero asumiendo que nuestro empleador cumpla las leyes, pues contamos al menos con un seguro médico; uno que otro con suerte hasta con una caja de ahorro. El problema es lo que se gana, cosa que no es culpa exclusiva del empleador sino del país. Quien trabaja en oficina puede agradecer la seguridad del cheque cada quince días, pero jamás dirá que se siente bien remunerado pues el verdadero valor de su trabajo no es compensado. Por eso, yo freelanceo. Me arriesgo a ni siquiera tener para el cupón después de una mala quincena, pero soy dueña de mi tiempo. Decido quedarme en mi casa en las horas pico, como si de un búnker se tratase. Renuncio al carnet guindado al cuello, el escritorio y a la máquina de café en las mañanas. Me olvido de las evaluaciones de desempeño, ni soy parte de la fiesta de Navidad. No me congelo con el aire, ni comparo mi salario con el del amigo que estudió en la misma universidad que yo y sí logro irse al exterior. Trabajar por nuestra cuenta es un riesgo, algunas veces requiere de un capital inicial, otras simplemente de visión de negocio y ganas de intentarlo, en todos los casos de disposición de salir de una zona de aparente confort. Mientras este país no me ofrezca remuneración por el valor de mi trabajo, renuncio a entaconarme y maquillarme en las mañanas, poner la foto de la compañía en Facebook y hablar con aires de grandeza de lo atareada que estoy en las reuniones sociales intentando olvidar el último monto del cheque después de la devaluación. Artículo Revista Climax: http://revista-climax.com/index.php/2013/02/26/yo-freelanceo/

10 ene 2013

Sí, tú

Prueba con distintos géneros pero sin caer en escribir cualquier idiotez superficial. Arriésgate a olvidarte de la estructura y permítete el placer pecaminoso de las líneas sin perfecta coherencia. Invítale un trago al fantasma que te toca la puerta apenas tomas el bolígrafo en la mano. "Arriésgate, juega, porque al final es un juego". Recuerda la frustración de no haber podido gritarlo y tener que escribirlo en el recuadro de la agenda en donde otras solo pegaron calcomanías. Despójate del pudor y la elegancia que no estás en la mesa, sé inédita, di lo que muchos no se atreven a decir, sonríele a las críticas. Deja la estupidez. Escribe.

9 ene 2013

Cuentos de sala de espera antes de mis 25 #5: Entre globos del deseo, cupcakes y paracaídas

Nunca, y cuando digo nunca lo digo en serio, pensé que podría ver tantos globos del deseo flotando en el aire un 31 de diciembre cuando el año anterior más de la mitad de las personas que los lanzaron probablemente no habían visto uno en su vida. Todo ello sin olvidar que semanas atrás fue prohibido su uso por los bomberos de Caracas, la tierra de lo posible. La foto de perfil de facebook encendiendo el globo no podía faltar el primero de enero. Esta pasó a sustir la foto del lanzamiento en paracaídas del 2011 y la del logo de la empresa de cupcakes y/o trajebaños “porque yo soy emprendedor”.
Cuando algo se pone de moda en Caracas, se pone de moda. Sí, se que no es solo Caracas (y que por algo por alguna razón en la vida que imagino nunca entenderé, el video de Gangnam Style tuvo más vistas ese año que habitantes un país), pero hay algo particular con esta ciudad que no deja de sorprenderme. Pareciera que se tratase de una regla no escrita entre nosotros, y que las redes sociales son el medio a través de cual observamos cuál es el siguiente paso a seguir. Me cuesta escribir sobre este tema sin dar ejemplos con los cuales mis lectores o incluso yo misma no me sienta aludida, porque sin duda yo también he caído en uno que otro reloj de moda, foto típica de instagram (eso sí, nunca la del piso de Maiquetía), canción del momento o lugar de moda. El tema no es convertirse en un hater que se esconda detrás de un mechón de pelo largo y lentes hipster mientras nos dedicamos a escribir en contra de los cánones impuestos (ignorando que simplemente cambiamos de patrón), lo que se propone es analizar si verdaderamente lo que decidimos seguir se adecua a quienes somos. Conservemos la individualidad, que se lance en paracaídas el que realmente lo haya querido desde siempre, el que tenga vocación emprendedora que sepa que puede innovar saliendo de los cupcakes y trajes de baño, es mi deseo para el 2013, que orgullosamente puedo decir no mandé en un globo.

8 ene 2013

Cuentos de sala de espera antes de mis 25 #4: Mujer al volante

Quiero comenzar esta reflexión con la firme intención de desmitificar el paradigma de todo hombre de que la mujer venezolana no sabe manejar. Cada vez que me estaciono en paralelo en un espacio pequeño sin mayor dificultad, me siento segura de mí misma al defender esta idea. El problema es que justo al bajarme del carro veo a una mamá al volante, en una de esas van de hacer poul más largas que un autobús escolar, completamente atorada en el estacionamiento, adelantando y retrocediendo infructuosamente mientras unas cuantas personas se detienen a ver el espectáculo. Instantáneamente se cae por completo mi teoría y cabizbaja me resigno a no defender con tanta pasión al cromosoma XX. Está bien, lo acepto, no todas las mujeres nacieron con el don de manejar. También acepto los estudios científicos sobre las habilidades espaciales, mucho más desarrolladas en los hombres que en las mujeres, que les son útiles a la hora de presumir sobre su manejo.
Debo comenzar por aclarar que decir que manejo bien es relativo. Debo decir pues que manejo muy bien un carro automático. Nunca aprendí a manejar sincrónico porque mis padres no consideraron necesario que su pobre hija tuviera que pasar por la tortura de un cloche en una cola caraqueña. Agradezco la noble intención pero el resultado es que a la hora de ser acompañante de una persona que se pasó de tragos y tiene un carro sincrínico no puedo intentar salvar mi vida ofreciéndome a manejar (encontrarán la respuesta en el post anterior sobre hijos únicos) Mi únicos infortunios al volante constan en haber explotado dos cauchos por montar accidentalmente el carro en una acera, y un pequeño rayón contra una pared en el estacionamiento de Mc Donald´s que se quitó con echarle un poco de Coca-Cola. Esto comparado a la compañera de clases que se llevó por delante con el carro la dispensadora de tickets en el estacionamiento de Galerías Prados del Este, suena bastante aceptable. Uno pensaría que las constantes colas citadinas reducen considerablemente el riesgo de accidentes. El problema es que la mujer se las ingeniará para convertir una cola con el carro completamente detenido con freno de mano arriba en una situación de potencial riesgo. Es en estos momentos donde consideramos apropiado maquillarnos, ponernos crema corporal humectante, abrir el Código Civil para estudiar para el examen, y hasta ¿por qué no? terminar la maqueta de palillos de arquitectura que llevamos incompleta a clases por falta de tiempo. Mágicamente hemos hecho posible un choque múltiple de 5 carros en la cola de El Cafetal a las 7:45am.
Manejar en Caracas no es facil; ser mujer y tener que manejar en Caracas, menos. Considérome afortunada y bendecida de decir que aún no he sido asaltada en la autopista por el celular. Esto no implica que no haya pasado los sustos respectivos cuando se pasa por al lado de un funeral de motorizados, momento en el cual uno dice sus últimas palabras y se dispone a saltar del vehículo en el minuto apropiado. Si manejamos solas de noche somos diferentes, parecemos recobrar la confianza perdida en el día. Fitipaldi juega carritos al lado de nosotras. No hay hueco en la calle que justifique bajar la velocidad, aunque ello implique que dejemos el motor en el camino al pasar sobre él. De noche hay menos monotirzados y sin duda alguna menos transeúntes, esto implica que se reduce considerablemente la posibilidad de atropellar a alguien lo cual nos da confianza de ser las pilotos que soñamos y nunca lograremos ser. Llegamos en 5,7 minutos a un lugar al que usualmente nos tomaría 40. Un sueño hecho realidad. Ser mujer y estar sola al volante tiene sus riesgos mucho mayores a llevarse por delante la dispensadora de tickets o explotar los cauchos. Para las que no tenemos el novio predilecto que nos busque y deje en la puerta de nuestras casas a la hora solicitada, la situación se torna aún más complicada. A los 24 años llegué a la lamentable conclusión de que no importa si llegue a los 40 y siga viviendo con mis padres, tendré una hora de llegada siempre que maneje sola. Para las niñas, adolescentes o mujeres hechas y derechas que se sientan identificadas con esto: comprender que el problema no es la edad sino la situación del país es el primer paso. Lograremos superarlo, un día a la vez.
Pedir colas se ha convertido en todo un arte y habilidad adquirida de la mujer soltera. Así uno viva en Sabaneta del Hatillo, desarrollará con el tiempo el don de pedir elegante y elocuazmente la cola en una reunión en Altamira, como si de un favor trivial se tratase. De lo contrario, estamos condenadas a vivir permanentemente encerradas en nuestras casas con el mayor puntaje en los juegos de Faecebook entre nuestros conocidos. A los hombres que lean estas líneas y se sientan identificados con el roll de chofer que ejercen después de las 10 de la noche, estas palabras son en honor a ustedes. Sabemos que no solo se trata de dejar a la novia en su casa, se trata de buscar y dejar a las amigas de la novia en sus respectivos hogares, sin importar si una de ellas es de hecho la del ejemplo de Sabaneta del Hatillo.
Esta es la realidad de las incomprendidas mujeres venezolanas al volante. No me adentro en el tema de la ubicación y las direcciones porque ahí me vería forzada a incluirme dentro del prototipo. Sí, acepto un GPS de cumpleaños, gracias. En todo caso, de cada una de nosotras individualmente dependerá la misión de mejorar nuestra terrible fama en cualquier situación de manejo: una acción más y un choque menos por vez. En aras de cumplir este sueño dejo el siguiente mensaje: sepan señoras madres y representantes que no es necesario comprar una van de diescicies puestos, ud verá como los hijos sí caben inténtelo. Este será el primer paso para una mejor vida y una esperanza para el bienestar del tránsito en Venezuela.

7 ene 2013

Cuentos de sala de espera antes de mis 25 #3: Derribando el cliché del hijo único

Son muy escasas las familias que deciden tener un solo hijo de forma voluntaria. En la concepción de familia siempre existe la figura de los hermanos para pelearse por el control remoto de la televisión. Un hermano es el aliado ideal para conspirar contra el mundo, la víctima perfecta para probar si es seguro lanzar a alguien por la escalera sobre un pedazo de cartón, la persona indicada para robarle la merienda y sobornar para que nos ayude con la tarea a cambio de mantener un secreto. Si este elemento falta hay algo que parece estar incompleto en la ecuación. Las razones para tener un solo hijo son diversas, y pueden ir desde planificación familiar hasta problemas económicos o de concepción.
Los hijos únicos han sido objeto de diversos estudios psicológicos y son muchas las conclusiones a las que se han llegado, aunque todas parecen apuntar a una misma dirección: son víctimas de excesiva sobreprotección, presentan problemas de socialización, apego excesivo a los padres, maduración tardía, entre muchos otros. La intención de esta refelxión no es disuadir a ninguna familia de tener un solo hijo. Como todo en la vida, esto también tiene aspectos positivos y negativos más allá de los clichés, y como buena hija única puedo hablarles exhaustivamente de ambos. La intención es contar una historia, una historia que puede ser aplicada a todo único hijo en la familia y se pueda quizás ayudar a entender la dinámica. Sí, somos especiales, sí, queremos que nuestras historias sean contadas. La típica boleta de pre-escolar de un hijo único hace alusión al amplio vocabulario que maneja y a las sorprendentes habilidades intelectuales que posee, pero muestra preocupación por su incapacidad de compartir un juguete, de la interacción que se espera en la hora de recreo. Esto se debe a la cantidad de tiempo que pasamos con nuestros padres, con adultos en general, y al trato que recibimos como consecuencia de ello. Esto por supuesto amplía nuestras posibilidades de desarrollar un rico vocabulario a muy temprana edad, y por lo general, al recibir toda la atención para nosotros, desarrollamos capacidades cognitivas que resaltan en un salón de clases. Solemos ser los primeros en aprender a leer pero los últimos en aprender a amarrarnos los zapatos solos.
Un hijo único sabe pasar tiempo solo. Es así como desarrolla interés por la lectura o alguna otra actividad que no requiera participación de otro ser humano. Un hijo único no siempre sabe qué hacer cuando le regalan un juego de mesa en Navidad, ve el regalo con cierta cautela y procede a retomar su libro preguntándose en qué demonios pensaba la Tía Luisa al regalarle algo con lo cual no se pudiera entretener solo. Crecemos a un ritmo distinto, en unos casos nos sentimos muchos mayores, con la capacidad de comprender y plantearnos situaciones que se escapan de las preocupaciones de nuestros amigos. En otros, nos quieren cuidar tanto que nos hacen parecer más pequeños que nuestros compañeros y en la medida en que eso se haga evidente invariablemente nos va a afectar. Es una dualidad con la que tenemos que vivir en toda nuestra fase de desarrollo, y que quizás puede acompañarnos por el resto de la vida. La relación con nuestros padres es distinta. Intentamos desde pequeños conseguir en ellos la camaradería que observamos entre hermanos, lo cual se dificulta siempre que exista una relación de subordinación y el deber de educar de por medio. Darnos cuenta que ese es un roll que ellos no pueden ejercer es un momento difícil para todo hijo único. Una vez que lo comprendemos podemos volvernos muy cercanos a nuestros padres, esto sin duda, no tiene precio. Crecemos buenos y sanos, no hay ningun trauma de por medio, no hay que comprar un libro de Paulo Coelho ni un “Hijo único for Dummies” que tenga la respuesta a este problema. Somos un tanto distintos y por eso necesitamos paciencia. Inevitablemente seremos más malcriados de pequeños, pero con una buena educación, esfuerzo y paciencia por parte de nuestros padres y nuestros seres queridos podemos ser excelentes niños, adolescentes y adultos.
Los amigos son para nosotros una pieza clave en nuestras vidas. Queremos que ellos llenen el vacío de una relación entre hermanos. En la medida en que vamos creciendo le damos un peso inigualable a la amistad, la cultivamos, la cuidamos. Quien tenga una amistad con un hijo único puede asegurar que ha conseguido un verdadero tesoro. Queremos a nuestros mejores amigos en nuestras vidas, que formen parte de las trivialidades del día a día y nos ayuden en las situaciones más dificiles. No queremos sentirnos solos. Así somos, así funcionamos. Nos la hemos ingeniado para igual pelear por el control remoto, para jugar, compartir, reir confiar, y para saber por sobre todas las cosas que en los momentos difíciles tenemos no uno, sino unos cuantos hermanos que estarán ahí para tendernos una mano.

6 ene 2013

Cuentos de sala de espera antes de mis 25 #2: Crónicas de peluquería

Una visita en una peluquería en Caracas es algo digno de un estudio serio de investigación y análisis. Si algún estudiante en el área de sociología estuviese por alguna casualidad leyendo esto y aún no ha considerado sobre qué hacer su próximo trabajo de campo, sus problemas han terminado. No importa el tamaño, precio, locación, presencia o no del peluquero que canta y baila Thalía mientras seca el pelo, y demás variables, se mantendrá el patrón conductual de las clientas y podrán obtenerse resultados similares en las variables independientes.
Lo primero que llama la atención al ingresar a (inserte aquí su pelquería de preferencia en Caracas) es la escasa atención con la que uno es recibido por la recepcionista de turno. El videoclip que se observa en las diversas pantallas planas de Htv captan por completo la atención de la persona encargada de brindarnos la mejor y más amable atención, por haber escogido su peluquería frente a las 35 opciones en el mismo centro comercial. Y es que cada centro comercial tiene más peluquerías que cualquier otro servicio. Podemos encontrar incluso centros comerciales sin farmacias, pero nunca sin peluquerías. Cuando vemos un local en remodelación con un letrero que anuncia una nueva peluquería pensamos que está destinada al fracaso por haber tantas otras, solo para darnos cuenta al mes siguiente de la excelente idea de negocio que resultó. Las prioridades de gasto en el país parecen estar claras, pero sobre ello creo que se ha escrito bastante.
Sin mucho esfuerzo y en poco tiempo uno es direccionado al área de lavado de pelo, sin tener la menor idea de cuándo y por quien será atendido. Es ahí donde uno mismo debe sacar un estimado de tiempo, y si nos sentimos aventurados (o aburridos), podemos hacer cálculos de probabilidad para determinar el porcentaje de chance de que nos toque el peluquero/a que nos gusta. Para ello debemos calcular el número de clientes que están siendo atendidos, restarle el número de manicuristas que voluntariamente deciden tomar su hora libre y abandonar su puesto de trabajo, dividirlo entre el número de niños corriendo alaeatoramente en la peluquería, y sumarle la cantidad de Blackberries que caen accidentalmente en el agua. El cálculo no falla. Una vez atendido uno recupera las esperanzas en la humanidad, toma su revista y se dispone a relajarse. Es aquí cuando salen a relucir las conversaciones de las personas que tenemos a nuestro alrededor que, debido al ruido, deben hablar en un tono de voz tal que todos nos enteremos de lo que cada uno tiene que decir. Al principio cuesta descifrar entre conversaciones, es tarea de todo un veterano poder separar cada una y aislar el sonido de los secadores y Pitbull de fondo para escuchar algo más que un caos indefinido.
Existen temas recurrentes, que no importa la fecha, permanecerán con absoluta vigencia ayer hoy y siempre: • Aló Ciudadano: Este es el tema favorito de las señoras en una peluquería. Comentan entre ellas el episodio anterior, como si de una novela se tratase, para demostrar que están al día con todo lo sucedido. El problema radica en que de alguna manera termina siendo igual de importante el nuevo proyecto de ley comentado la noche anterior como la terrible combinación de ropa y accesorios que escogió Sheina Chang. Lo mismo sucede con Buenas Noches pasando a tomar mayor relevancia el atuendo y la montura de lentes de Carla Angola que el contenido de la entrevista realizada a Manuel Caballero. • Anécdotas familiares sorprendentemente personales: Es bien sabido que a la mujer venezolana le gusta atenderse con la misma manicurista, depiladora, peluquera. Un arte que aún desconozco cómo pueden lograr dada la cantidad de personas y lo dificil que resulta pedir cita en una peluquería. Aún así, entre la confianza y camaradería que solo se cultiva en años de relación entre una clienta y su peluquera, la intimidad de los cuentos sobrepasa todo límite racional. Se revelan secretos familiares, infidelidades, traiciones, enfermedades y tragedias. Las historias de todo lo sucedido en los viajes de verano tampoco puede faltar. • Tráfico en Caracas: Si bien es innegable que este es un tema delicado en nuestra ciudad que verdaderamente afecta nuestra calidad de vida, a veces sorprende no solo la recurrencia sino la duración con la que una persona puede pasar quejándose del mismo. Escuchar por unos cinco minutos como el choque en la Francisco de Miranda retrasó una cita de trabajo importante es completamente natural, el problema está en que esto se torna magicamente en una competencia de quién ha estado en la mayor tranca, quién ha visto el choque múltiple más impresionante, y quién tuvo que permanecer más tiempo en el carro con el aire apagado para que no se recalentara. Este recordatorio del tráfico citadino dificilmente puede compaginarse con el aura de tranquilidad que uno busca al entrar a una peluquería. • Operaciones estéticas: La peluquería resulta el escenario perfecto para hacer alusión a la belleza. Como toda conversación femenina, que comienza con aires de trivialidad y termina convirtiéndose en una férrea competencia, las operaciones estéticas no pueden faltar. Llama la atención de que en vez de querer esconder estas operaciones quirúrgicas e intentar aparentar naturalidad en los atributos físicos, aparentemente gana quien haya ingresado más veces al quirófano. Las recomendaciones de médicos e intercambio de tarjetas de contacto son idóneas para este momento.
Por último, en aras de completar nuestro informe, no podemos dejar de mencionar situaciones recurrentes que se mantienen en las peluquerías, tal y como he señalado anteriormente, sin importar de cuál se trate. • Infante menor de 8 años en manicure y pedicure: Recientemente ha explotado el boom de peluquerías para niñas que deberían estar preocupándose por jugar con muñecas. Se han abierto incluso una serie de peluquerías especiales para niñas donde lo último que hacen es cortarles el pelo. La escarcha, la pintura de uñas morada y los peinados de trenzas más complejos alguna ves vistos por el hombre decoran las paredes del local en fotos. Las niñas se ven forzadas a preocuparse por su apariencia física y el crecimiento de cutícula antes de aprender a multiplicar. Podemos verlas acompañando a sus madres en la “peluquería de grandes” y siendo debidamente atendidas por una manicurista mientras su pelo es secado cuidadosamente. Suponemos que la criatura no llegará jamás a jugar con plastilina ni correrá para no arruinarse el secado. • Fracaso en peinado adolescente: No importa qué día asistamos a la peluquería, siempre habrá alguien que esté ahí por una graduación, matrimonio u ocasión afín que requiera un peinado más formal. Es aquí donde observamos a una adolescente al borde del llanto mirandose melancólicamente al espejo mientras la peluquera, ignorando la existencia de cualquier problema, rocía sonriente litros de laca mientras observa complacida el acabado de su más reciente obra de arte. • Señora que llega con regalos para todo el personal: No puede faltar la señora de edad comprendida entre 40 y 60 años, pelo usualmente amarillo-Barbie que es la mejor amiga de todo el personal. Al llegar de viaje trae regalitos y los reparte pública y ruidosamente entre todas, como si se tratase de dejar claro quién es ella en la peluquería. Por supuesto se sabe el nombre y apellido de todas y cada una de las peluqueras así como el de sus hijos para quienes también trae un regalo. A todos nos queda claro que ella es la favorita, misión cumplida.
Esta es la dinámica de las peluquerías en Caracas. Un mundo caótico que a pesar de sus excentricidades y locuras es capaz de hacernos olvidar un mal día. El lugar predilecto que nos espera con una revista y una tasa de té caliente de donde sabemos que saldremos sintiéndonos como queremos: bellas y felices.

Cuentos de sala de espera antes de mis 25 #1: Otra venezolana recién graduada y en cola

Durante cinco maravillosos años nuestra vida fue una montaña rusa de emociones, estudio, hojas de folio y RedBull. Fueron alrededor de cinco años en los que nos sentimos miserables, víctimas de una incomprendida miseria humana llamada resposabilidad de estudio y al mismo tiempo dueños y señores del universo (esto último probablemente con examen bien calificado en mano antes de salir a unas cortas vacaciones en la playa) Cinco años que pasan en un abrir y cerrar de ojos, y sin que nos lo pregunten, sin que podamos digerirlo, sin tener chance si quiera de acostumbrarnos al paseo en la susodicha montaña rusa, nos encontramos confundidos viendo al infinito con carpeta manila en mano haciendo cola para registrar nuestro acto de grado. Graduarse en Venezuela es asunto serio. Si Ud pasó Física 4, Termodinámica o Contratación a la primera y con buenas notas, no se confíe. Falta que pase por la burocracia venezolana, código de asignatura IYCAP (Impredecible Y Complicada A Propósito), un verdadero y último reto al intelecto y carisma que solo el día que terminamos clases aseguramos haber tenido desde siempre. Si tuvo Ud el chance de estudiar en una universidad que de hecho sí guarda los papeles que llevó al momento de inscribirse considérese afortunado y haga una pequeña oración de agradecimiento al culminar el párrafo. De lo contrario, sabrá entonces que debe regresar a su alma mater y , con su mejor sonrisa, se acuerden o no de Ud, solicitar nuevamente toda su documentación. Se recomienda otra oración en este caso para que la misma no se haya extraviado. Fotocopias fondo negro, notas, sellos, firmas, sellos sobre el sello aterior y la firma. Son trámites que sin mayor dificultad compiten con Cadivi, Sitme y hasta obtención de segunda nacionalidad y cambio de apellido juntos. Nos encantan los papeles, los timbres fiscales, todo en sus repectivas carpetas, ordenado, engrapado y numerado, gracias.
Debe poseer su constancia de registro militar. Independientemente de la polémica escuchada en los medios respecto si era o no obligatorio, al Ministerio de Educación poco le interesa en qué quedó la ley o Ledezma. Si desea Ud. ser Licenciado de la República, debe estar debidamente inscrito en alguna de las reservas de la Nación, esperar que no lo llamen a entregarle su casco y fusil antes de conseguir su primer empleo, y no protestar al respecto. El primer trabajo, todo un tema para nosotros los recién graduados venezolanos. Nuestro primer contacto con el mundo laboral para la mayoría tuvo que ver con uno de los tantos requisitos de grado: la pasantía. Esa primera relación de subordinación laboral, usualmente no remunerada, que recordaremos por siempre. Comenzamos la primera semana con aires de grandeza de un adulto contemporáneo que se prepara para comerse al mundo. El cheque (si lo hubo) de quince y último nos hacían cuestionarnos si en vez de comernos el mundo nos alcanzaría para comernos alguna otra cosa. Si Ud tuvo la suerte de tener una pasantía no remunerada como la mía, tenemos el reconfortante pensamiento de que no tuvimos que sacar cuentas para ver para qué nos alcanzaba el sueldo. Qué viva el altruismo! Eventualmente la pasantía se acaba y a pesar de recibir elogios miles por parte de nuestro equipo de trabajo, el presupuesto es limitado y no existen vacantes disponibles. No nos parece el fin del mundo. Agradecidos tomamos nuestras cosas y regresamos a casa con la intención de dar el próximo paso obligatorio: conseguir un buen post grado.
Es en este momento cuando nos acordamos que a pesar de haber sacado la carrera en el tiempo estipulado, mágicamente ya tenemos a la mitad de nuestros amigos en el exterior haciendo su post grado. Parece ser una carrera contra el tiempo, el que saque 3 post grados, se case y tenga al menos dos hijos antes de los 26, gana. Si con todo esto no lograste ser CEO de una compañía, no cuenta, igual pierdes. Intentamos no sentirnos abrumados por la evidente competencia a nuestro alrededor. Con un buen café en mano nos sentamos una tarde libre a revisar qué depara el destino y Google para nosotros. Una lista descomunal de post grados salen a la vista y una lista aún más grande de requisitos de admisión nos hace considerar si eran verdaderamente tan complicados los trámites de graduación. TOEFL, GMAT, LSAT, GRE, GS%T5*27!! Comienza uno a sudar y a anotar las cosas en un pedazo de papel. Es en este momento donde no le parece tan buena idea haber estudiado en un colegio bilingüe y tener sueños y aspiraciones tan altas. Momento de servirnos otro café más cargado que el anterior y disponernos a perder las siguientes dos semanas de nuestras vidas en una constante búsqueda por internet, solo para sentirnos cada día más confundido que el anterior. Algunas personas están más claras respecto a lo que quieren. Nunca falta el cuento de alguien en la familia que antes de aprender a caminar dijo que quería ser doctor, tiene hoy en día 25 años y ya es neurocirujano con master en Standford y presidente de una fundación, producto de sus memorables días de rural con los pemones en Amazonas. Otros no tenemos la suerte de tenerlo todo tan claro y de esta manera tenemos la exquisita capacidad de sentirnos igualmente interesados por un master en Derechos Humanos, Comunicación Política o Contratación Internacional. ¿La relación entre ellos? Poco importa, solo sabemos que podríamos vernos en esas 3, y para ser perfectamente honestos en otras 15 áreas más. ¿Fracaso? Una inexorable pregunta que eventualmente hará su debut en esos 25 días de búsqueda en Google. Uno tan contento en su silla de pasante ganando 0Bf mensuales, sin tener que hacerse estas preguntas tan trascendentales. A todas estas uno se mantiene firme en la batalla, y sin temblarnos el pulso vamos tachando todas las universidades que no ofrecen programa de beca o no centra su ayuda financiera en estudiantes internacionales. Esto en el fondo nos sirve, terminamos eliminando unas cuantas, y a eso del quinto café decidimos que mañana será otro día.
¿Qué hacemos con esta carrera contra el tiempo de hoy en día? ¿En dónde quedó el tiempo de introspección y de dedicarnos a otras cosas que nos gustan? ¿No es acaso precisamente en este tiempo de recien graduados donde podemos darnos el lujo de conseguirlo sin presiones? Pues sorprendentemente, nuestros amigos/conocidos contemporáneos que están en la carrera de la vida también consiguen tiempo para sus hobbies sin dejar a un lado sus responsabilidades. Aquí nos viene a la mente la amiga en la universidad que trabaja 62 horas semanales en la Procter (Olvídense de la Ley Orgánica del Trabajo) y acaba de ganar un concurso a nivel nacional de poesía de donde le publicarán su trabajo y es instructora de yoga para niños los sábados. Muerte rotunda al pretexto de buscar tiempo para otras cosas. ¿Quién dijo que el día tenía 24 horas para todo el mundo? Si ella tiene tiempo para todo eso y además está comprometida ¿qué me da derecho a mi de perder mi tiempo? En la aparente carrera contra el tiempo de mi generación, está la del anillo en mano a la brevedad. No obstante los avances culturales, los incontables logros históricos del movimiento feminista y las nuevas concepciones de globalización que amplían las posibilidades de cualquier mujer de mi edad en cualquier rincón del mundo, aquí queremos casarnos a la brevedad posible, con el novio de toda la vida o de hace seis meses, poco importa, pero casarnos, por favor. (Mantengo la narrativa en plural sólo por fines de armonía literaria, no me incluyo) Venezolano en la dulce década de los 20 que no esté en una relación seria considerando planes de compromiso no está en nada. Quizás es mejor perseverar en esa búsqueda de post grado por internet, a ver si nos conseguimos un francés que no tenga la misma corredera que hay acá y nos deje tener una relación calmada, sin tener que pensar aún en el nombre del perrito de la casa que juntos vamos a comprar o si preferiremos piso de parquet o mármol.
Y así es la vida del recién graduado venezolano. Una probable/riesgosa pertenencia a la población flotante, un tiempo de introspección, un verse inmerso en un dinámica impuesta que puede o no gustarnos pero que al final del día nos rodea y se hace parte de nosotros. Estas sin duda no fueron las inquietudes de los recién graduados de hace algunas décadas, pero admitamos que aunque no la tenemos tan facil, no cambiaríamos esta caótica etapa por nada. Lo mejor está por venir.
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