A veces negro, gris y verde
Otras rojo ardiente como el fuego
De vez en cuando adopta el indescriptible y tan personal color de las lágrimas
Y uno que otro día brillan sus rosados
En algunos momentos nos encanta ver los tonos que adopta
En otros preferimos escondernos de ellos
Sin embargo hoy quiero pintarlo y colagarlo en un cuadro
Para poder contemplarlo por si un día no estás.
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