Qué fácil exhibes tu ignorancia con tanto orgullo.
Qué fácilmente te comportas como un simple desconocido para luego exigir el cariño de un hermano dolido.
Qué fácil te desentiendes y con qué facilidad exiges confianza.
Es así, fácilmente como debería ignorarte, pero qué fácil es quererte, qué fácil es odiarte..
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