Un mundo azul, verde y amarillo.
Ese mundo que visito tan sólo unos segundos al día pero en el que el tiempo se detiene hasta que yo misma decida regresar.
Un lugar con olor a bondad, un espacio con aroma a belleza, una sabana de viento perfecto en donde no existe nube alguna que tape el Sol.
Allí paseo, sueño y vuelo mientras me empapo de ese misterio que llamamos soledad.
Mi mundo mágico, mi mundo secreto. Quizás mi cielo, mi refugio, mi alma, o tal vez sólo mi imaginación... Ese es él, mi jardín de girasoles.
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