16 nov 2010

Cuba Capitalista


Vemos con terror la cubanización que quiere ser impuesta por el régimen actual. No todos sabemos ciencia cierta cómo funcionan las restricciones económicas en Cuba, pero si sabemos que no nos gusta lo que oímos. Muchas veces hemos escuchado hablar de listas, racionamientos, prohibiciones. Para aquellos a quienes nos preocupa, Cuba nos brinda la noticia de que está abriéndose al capitalismo, o al menos eso nos quieren hacer pensar. 
Para ver con nuestros propios ojos esta propuesta cubana, recomiendo buscar en la edición del 17 al 23 de septiembre de la revista Zeta la Lista de actividades que se aprueba para ejercer por cuenta propia en Cuba, publicada el pasado mes de agosto de 2010.

Esta lista es el resultado de un primer esfuerzo realizado en la isla para regresar a la empresa privada.  Para ello, el gobierno de Cuba despidió a 500.000 trabajadores del sector público y presentó una serie de trabajos que les será permitido realizar por cuenta propia. La revista Zeta nos presenta en esta edición la primera de las cuatro páginas que conforman esta lista y aclara a sus lectores que no se trata de una broma.

El documento en cuestión presenta un total de 29 "actividades económicas" que los ciudadanos del nuevo mar de la felicidad tendrán permitido realizar por su cuenta a partir de la promulgación de dicho decreto. La lista es encabezada por el oficio de afinar y reparar instrumentos – eso sí, siempre y cuando cumplan con lo dictaminado en la Resolución no. 34 de febrero de 2001 del Ministerio de Cultura-. 

Se permitirá también los oficio de decorador, barbero, carretillero y a amolador. Se podrá ejercer por cuenta propia el oficio de Aguador, - sí, ese que transporta agua utilizando medios de su propiedad y cobrando por su servicio-. De igual manera se podrá ejercer, por cuenta propia, los oficios de cuidador de enfermos, de niños y hasta de animales afectivos. Incluso los cubanos podrán gozar de ser albañiles, carpinteros y desmochadores de palmas. Todo un honor.

Se nos viene rápidamente a la mente una serie de labores que el gobierno de Cuba pareciera no contemplar, o al menos no en la primera página de su lista. Un educador jamás podría prestar sus servicios por cuenta propia. ¿Cómo habría de ocurrírsele a alguien la irresponsabilidad de ayudar con tareas dirigidas a los niños que necesitaran refuerzos? Esa honorable labor es exclusiva de educadores oficialistas quienes orgullosamente leen los textos de Marx y Lenin y que olvidan por completo la mención de un tal Smith, por ejemplo.

¿Cómo ocurrírsele a un abogado brindar asistencia jurídica por su cuenta a un amigo o familiar? ¿Asistencia médica? Sólo la debidamente autorizada. Ni hablar de realizar terapia psicológica por cuenta propia sin supervisión estatal. ¿Qué será eso de hacer negocios entre amigos?

Un grupo de jóvenes emprendedores jamás pudiera hacer una revista digital como esta. Sólo aquellos con un empleo formal debidamente supervisado – y cuestionablemente remunerado - podrían ser capaces de plasmar ideas en un papel, y digo papel porque a duras penas podrán hacerlo en una computadora.

¿Estarán contemplados estos oficios en las 3 páginas restantes de este decreto? De no estarlo, no hay de qué preocuparse: el Estado garantiza a todos sus ciudadanos un empleo digno, eso sí, con un máximo de 80 dólares de sueldo mensual a los profesionales más destacados. ¡Qué viva la nueva Cuba capitalista!

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