14 mar 2009

Una tarde


En ese viejo banco que solía frecuentar de vez en mes, decidió una tarde sentarse por más tiempo del habitual. Esta vez no se llevó el libro que no acaba de terminar, los cigarros de siempre o a la mujer de turno, esta vez iba con él mismo como única compañía.
Se sentó a contemplar los alrededores de su banco predilecto, que parecía no haber notado el sin fin de veces anteriores que se había sentado ahí. Al poco tiempo el pensamiento que estaba tratando de evadir le tocó la puerta una vez más a su mente. Resignado cerró los ojos para revivir aquel momento, para analizarlo y repasar nuevamente cada uno de los segundos en los que transcurrió. Cayó el Sol, por fin abrió los ojos, y antes de reincorporarse al mundo de nuevo asumió lo que tanto temía. Por pirmera vez en su vida estaba enamorado.

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