9 ene 2009

Sin ella


Abre los ojos. No sabe si es de día o de noche. Se da media vuelta e introduce su mano bajo la almohada sólo para chequear que la foto de ella, su más preciado recuerdo, siga ahí. La deja en este su nuevo sitio, no quiere verla pues teme a acostumbrarse demasiado a su imagen. Sólo la quiere ahí, bajo su almohada, acompañándolo a dormir en sus noches solitarias, cuidando de él, susurrándole al oído que en el fondo ella sigue ahí.


Estira su brazo y siente el frío colchón al otro lado de la cama. El calor que ella ocupaba se había ido con los días, pero su olor aún permanecía. Respiró hondo para olerlo antes de que también se esfumara. Quería abrazarla, sentirla, recorrerla. Por unos instantes se perdió en su recuerdo y luego, con la poca fuerza que le quedó de este intenso encuentro, tomó su traje negro fuertemente y respiró profundo para así empezar ese largo y triste día.

1 comentario:

Ronald Aristimuño dijo...

Este es mi segundo favorito, me gusta como lo hablas, i liked soo mucho jeje...

.