21 mar 2012

El extranjero


El extranjero nos sonrió, bajó la mirada y dando vuelta se despidió del reflejo en el que ambos solíamos contemplarlo. No lo invitamos a pasar, preferimos mantenerlo a la distancia bajo la promesa de un encuentro incierto.

El extranjero se aburrió del abismo que nos separaba, se cansó de esperar por nosotros, se marchó triste pues había creido encontrar lo que buscaba.

Ante tus ojos y los míos, cada uno en sus coordenadas pero en un mismo espejo, se nos desvaneció el elemento que nos hizo ser uno. Me cuesta no encontrarlo y saber que al voltear Tú tampoco estarás más.

1 comentario:

C dijo...

Extranjero. Que palabra tan curiosa. Como el silencio deja de existir al mencionarlo, el extranjero deja de existir al conocerlo.

Todos somos y siempre seremos extranjeros también. Cada día nos cambia, y cada nos tenemos que volver a conocer; el día que somos estáticos es el día que dejamos de ser.

Cuando me veo en el espejo no veo al extranjero. Veo a quien creo ser e intento ver a quien deseo ser; en días sortarios veo a quien crees que soy.

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